Niños del Nilo

Authors

  • José María Hernández Díaz Author

DOI:

https://doi.org/10.14201/wstfs852

Abstract

Hace no muchos meses tuve la oportunidad de visitar Egipto, de conocer en directo algunos de los más bellos episodios, monumentos, parajes, testimo nios que la humanidad nos ha legado con fidelidad desde hace site, cinco o cuatro mil años hacia acá. Templos erigidos a orillas del Nilo, a lo largo de cientos de kilómetros de su impresionante curso, como los de Abu Simbel dedicado a la grandeza de Ramsés II, o los no menos faraónicos y maravillosos de Luxor, Karnak, Edfu, Deir-El-Bahari. Nombres y gigantescas estatuas de faraones como Ramsés, Amenophis. Faraonas y reinas como Nefertiti, Hatshepsut, con sorprendentes mausoleos.Maravillosas y recónditas sepulturas en el secreto Valle de los Reyes como las de Tutmosis, Seti, y toda la larga gama y dinastía de los Ramsés, y otras trasladadas al museo nacional en el Cairo, tan admirables y suntuosas como la de Tutankhamón. Esfinges tan grandes y majestuosas cuanto expec tantes y enigmáticas como las de Gizeh o Menfis, impresionantes colosos como los de Memnón. Obeliscos de dimensiones y peso casi inimaginables si no se palparan y vieran. Ciudades de referencia histórica tan universal como Tebas, Menfis, Edfu,Aswan,Alejandría, El Cairo. Un centenar largo de pirámi des regado por todo el país, entre las que sobresalen las de Keops, Kefren, Micerinos, Sakkara, se erige de forma emblemática en prototipo de la búsque da de la inmortalidad por el hombre, al fin y al cabo los limitados hombres, tal como ya se preguntaban y trataban de responder los viejos e inteligentes egip cios varios milenios hacia atrás. read more. . .

Published

2024-10-11

Issue

Section

Articles

How to Cite